Rito de Desanudar
La Publicación está entre mis archivos de Noviembre de 2005. Pero en un tiempo circular vale en presente y ya que hablamos de Abril, rescato lo escrito...
Abril regresa atrás en el tiempo al pisar el empedrado, avanzando con esfuerzo, porque desearía dejarse caer y morir allí mismo. Lo impiden los restos de sabiduría que aún en aquel sin sentido la acompañan para cumplir con los ritos que son parte de su naturaleza inmortal.
Abril conoce los ritos.
Peñascos que envuelven profundos silencios azules, ojos enormes que asustados no acuden a la voz que invita, lobos que aúllan entre los cuerpos explorando, cavernas oscuras que contienen el amor expandido, guerreros que aceptan misiones, regresos en tiempos desconocidos, plenitudes envolventes que apaciguan, certezas que descorren velos acumulados.
Abril cumple con los ritos.
Con el deseo de que en vez del sol que ilumina la tarde sólo se escuche el sonido de la lluvia, que tardía llegará recién mañana. No como aquella otra vez que estuvo cuando fue preciso. Es que ella atraviesa los momentos con la certeza de instantes únicos.
Entonces luego regresa a cumplir las ceremonias que atan y desatan los lazos.
Mientras camina tomando posesión de lo que ya no le pertenece, doliéndose en los bares, quemándose con la madera de las mesas escritas por otros, certificando los vacíos. Desea morirse una vez más.
Porque no hay liturgia alguna que pueda devolverle los viajes que jamás podrá hacer sola, el regreso a los sitios que conoció simplemente porque estaba uniendo las partes del todo. La fiebre ya no la alcanza porque no abarca la dimensión de su dolor, ni la falta de aire la ahoga como ella desea que sucediera en este mismo instante. El oxigeno intoxica sin matar. Y es peor.
Abril es ahora sólo un cuerpo vacío, deshabitado, ojos que no afrontan, despojo sin forma que cumple con el rito de abandonar.
Desanuda lo anudado.
Deshace lo armado.
Espera en la ausencia.
En un tiempo sin distancia.
Abril quiere entregar el alma en este mismo instante, aún cuando por momentos ruegue con fuerza que alguien la rescate, heroicamente. Solitaria marca con tiza el punto de giro donde la historia personal sufre una transformación renovadora sin saber siquiera que aquel punto se instala indeclinable en la base misma de lo que venía siendo.
En algún sitio indefinido alguien festeja el giro abrazando en su evolución a la pequeña niña que ahora está en cuclillas dibujando con su tiza una cruz en alguna de las piedras de aquel lugr inconfundible. Por dentro se desangra, por fuera le duele el sol. En el alma y en los ojos. Porque lo que está hecho no puede volverse atrás con rito alguno y no hay fuerza humana que atrape lo que no está. Entonces Abril recoge su dolor porque su don le ha dicho que es parte del proceso. Pero no detiene el rito de desanudar. Intuitivamente deja caer un puñado de hojas secas de albahaca finalizando el rito de liberar.
El rito de deshacer.
El rito de abandonar.
El rito de cerrar. Y dejar ir.
Suelta. Desliga. Despide.
Se derrama entera consumando lo escrito.
Hasta vaciarse...
Abril regresa atrás en el tiempo al pisar el empedrado, avanzando con esfuerzo, porque desearía dejarse caer y morir allí mismo. Lo impiden los restos de sabiduría que aún en aquel sin sentido la acompañan para cumplir con los ritos que son parte de su naturaleza inmortal.
Abril conoce los ritos.
Peñascos que envuelven profundos silencios azules, ojos enormes que asustados no acuden a la voz que invita, lobos que aúllan entre los cuerpos explorando, cavernas oscuras que contienen el amor expandido, guerreros que aceptan misiones, regresos en tiempos desconocidos, plenitudes envolventes que apaciguan, certezas que descorren velos acumulados.
Abril cumple con los ritos.
Con el deseo de que en vez del sol que ilumina la tarde sólo se escuche el sonido de la lluvia, que tardía llegará recién mañana. No como aquella otra vez que estuvo cuando fue preciso. Es que ella atraviesa los momentos con la certeza de instantes únicos.
Entonces luego regresa a cumplir las ceremonias que atan y desatan los lazos.
Mientras camina tomando posesión de lo que ya no le pertenece, doliéndose en los bares, quemándose con la madera de las mesas escritas por otros, certificando los vacíos. Desea morirse una vez más.
Porque no hay liturgia alguna que pueda devolverle los viajes que jamás podrá hacer sola, el regreso a los sitios que conoció simplemente porque estaba uniendo las partes del todo. La fiebre ya no la alcanza porque no abarca la dimensión de su dolor, ni la falta de aire la ahoga como ella desea que sucediera en este mismo instante. El oxigeno intoxica sin matar. Y es peor.
Abril es ahora sólo un cuerpo vacío, deshabitado, ojos que no afrontan, despojo sin forma que cumple con el rito de abandonar.
Desanuda lo anudado.
Deshace lo armado.
Espera en la ausencia.
En un tiempo sin distancia.
Abril quiere entregar el alma en este mismo instante, aún cuando por momentos ruegue con fuerza que alguien la rescate, heroicamente. Solitaria marca con tiza el punto de giro donde la historia personal sufre una transformación renovadora sin saber siquiera que aquel punto se instala indeclinable en la base misma de lo que venía siendo.
En algún sitio indefinido alguien festeja el giro abrazando en su evolución a la pequeña niña que ahora está en cuclillas dibujando con su tiza una cruz en alguna de las piedras de aquel lugr inconfundible. Por dentro se desangra, por fuera le duele el sol. En el alma y en los ojos. Porque lo que está hecho no puede volverse atrás con rito alguno y no hay fuerza humana que atrape lo que no está. Entonces Abril recoge su dolor porque su don le ha dicho que es parte del proceso. Pero no detiene el rito de desanudar. Intuitivamente deja caer un puñado de hojas secas de albahaca finalizando el rito de liberar.
El rito de deshacer.
El rito de abandonar.
El rito de cerrar. Y dejar ir.
Suelta. Desliga. Despide.
Se derrama entera consumando lo escrito.
Hasta vaciarse...
Etiquetas: Abril, ausencia, Dejar ir, deshacer, despedida, Rito de Desanudar
11 Comments:
Y quizá si ABRIL no hace un mito de aquel rito, mire hacia sí y vea que toda ella ha cambiado.. se verá sin ataduras, Al principio ,con nostalgia, luego con impotencia y quizá algun día estalle en ella la legría de volar libre y se saciará y conocerá la falta de miedo.. Y quizá ya libre volverá a celebrar el festejo ya sin el rito, de hacer el fuerte nudo..
Gracias por tus palabras. La imagen es " El sombrero del TEIDE( Islas Canarias)
BESOS
Primera vez por tu blog, vengo devolviendo tu visita, y me encuentro con la sorpresa de tu texto, intenso, lleno de sentimiento, dolor y realidad, me atrapó del principio al fin. Puedo decirte, solo decirte, que tu vida con todo lo que encierra es lo mas importante, dificil, muy dificil opinar ante este texto, solo una opinión, caminá bajo lluvia, mirá el sol de frente, y viví, simplemente viví que no es poca cosa. Te visitaré seguido, te dejo un beso enorme, seguiremos cambiando palabras.
Querida Lluvia...
Lo que Abril desata lo trae de lejos, tal vez ha venido exclusivamente a cumlir ese rito, esta vez en la forma correcta.
Así como lo dices, con esa sencillez de estallar y volar, sin nudos de ninguna especie. En eso la he visto andar últimamente.
En cuanto a la foto... me han nombrado tanto a las Islas Canarias en este último mes que puse una cámara en mi página personalizada de Google y miro la playa todos los días... La tecnología tiene esas maravillas...
Adoro la imagen que ilustra tu sobrenombre (o contraseña como rebauticé a nuestros perfiles en "Bello Abril". Lo primero que miro ni bien entro a tu BLog...
Besos de ARCOIRIS...
Gracias Juan. Gracias por pasar y por tus palabras intensas. Eso hago cada día. Salgo al sol, me adorno con mi mejor sonrisa y ni por un momento me detengo... eso hago... Te visitaré...
Dragonfly: el equilibrio, siempre en la armonía busquemos el equilibrio... ¿será posible en esta vida?
Besos...
Impresionante texto, aprender a desanudar.
Un abrazo.
Me alegra tanto, pero tanto, nada mejor que vestirse con una sonrisa y frente al sol, es sinónimo de esperanza y ganas de vivir. Uf podría ponerte cosas a montones, pero creo que entendés lo poco que pongo. Te dejo un beso enorme y suerte, no te pierdas que el camino es facil.
sólo estoy para saludar
Pasaba a saludar.... en mi acurio ando un poco ocupado..... la familia va creciendo...pero seguro que volveré a visitarte... Un abrazo....
PD(Abril... se fue.... pero quedan las manos que trasformaran el mundo.... queda la brillantes de la mente....Seremos naúfragos???? Buscando una isla desierta para descansar...)
* Luna: la que en su resplandor confunde a los amantes y los enreda cada vez más... gracias por pasar por aquí...
* Juan! Qué lindo fue verte regresar. me costó mucho entrar en tu Blog pero anoche lo conseguí. Es un lindo sitio, con mucha nostalgia y aires de partidas y regresos. Donde quiera que te encuentres te deseo que sea tu lugar. aquel en el que tengas que estar. Hoy. Besos
* JOrdana: ¡Qué linda letra! Saludos que van y vienen, voy a visitarte.
* Salmón: me alegro, te felicito de corazón por el crecimiento de la familia, lo mejor que tenemos es eso, ese amor que va creciendo en otros... Y no. No somos náufragos. Vengo de una reunión con mucha gente que, desde el arte, trabaja para que el mundo tenga también cosas de las buenas. Sería pretencioso decir que algo de eso transformará "al mundo". Pero quisiera creer que sí tiene la potencialidad de dejar a muchos repensando algunas cosas... Ojalá.
AbriL: me gusto mucho tu rito para desanudar. No puedo comentar nada. Es tan tuyo y tan intimo....Gracias por compartirlo.
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