Tiempo de Desconcierto
O de comenzar a hacerlo.
Déjame contarte amor mío…
En mi vida las personas comienzan a perderse cuando se hace un pequeño agujero en mi corazón. Como si fuera agua, el amor comienza a derramarse gota a gota y una parte de mi vida se transforma en una lucha interior continua por tapar aquella fisura y evitar que el corazón se seque. Ese cuidado que comienzo a poner en el agujero, se lo resto a la persona. Indefectiblemente. Y así sin querer comienzan a crearse nuevos orificios por donde escapa el afecto, o el amor, según el caso.
Creo que fue así como se fue escurriendo mi amor primero.
Y he visto desaparecer también algunos amigos escurriéndose por aquellas rendijas.
Algunos llaman “heridas del corazón” a esos pequeños huecos despojantes. Una canción para chicos lo definía bien cuando mencionaba un “corazón con agujeritos”. Lo que no aclaraba era qué se perdía entre ellos.
Siempre son amenazas que sangran precipitando abandonos.
A veces las personas que me rodean son tan tiernas y cariñosas que ellas mismas cierran con besos y abrazos los espacios que pueden separarnos. Son pocas, pero las hay. Ellas evitan que yo me vaya de la relación, o que mi cariño se seque, se pierda o se muera.
Seres especiales, bañados en luz, simples, contemplativos, afectuosos y sensibles en extremo. Ven donde nadie ve. Carecen por naturaleza de intelecto especulativo, aquel que manipula o engaña con su juego perverso de distracción locuaz.
Ellos vislumbran el interior de las almas nobles, sin haber leido siquiera el Quijote. Posiblemente no llamen la atención por su enciclopedismo, difícilmente puedan hacer citas en latin o francés, pero leen los ojos de las personas y descifran el espíritu de los seres que aman con una sabiduría conmovedora.
Esta mañana estuve a punto de perderte.
Un hueco importante se dibujó en mi corazón y comenzaba a fluir por él un líquido bordó oscuro y profundo por donde se escapaban sentimientos, emociones y certezas, mientras me mordía los labios para que no se notara.
Creo que fue el miedo. Tal vez el deseo acumulado. También sentirte algo lejano. Posiblemente agregó la silenciosa danza nocturna que no logró encontrar tu cuerpo en toda la noche. Era verdad entonces que la energía estaba cambiada y vos tan civilizado, durmiendo apacible como si nada.
Tus ojos envueltos en silencio me siguieron pacientes mientras juntaba mis cosas, ponía el agua para el café y tus brazos llegaron justo a tiempo para cerrar esta abertura inesperada.
Tu corazón retrasó mi partida rescatando y protegiendo con caricias de piel mi corazón de abriles robados, impidiendo que te abandone en el horario equivocado.
No pude adivinar qué sucedía hasta que por fin me lo confiaste…
Por eso te pido amor… No permitas que una gota se convierta en un río.
No dejes que me caiga.
Y muy especialmente… no te vayas de mí.
1 Comments:
Primera visita :) y prometo regresar.
Como verán las ando siguiendo por todos los sitios .
Besos.
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