Triskel

Envuelta el alma en el cuerpo a veces se protege de la mente. Tan soberbia la vuelven los conocimientos que con un pensamiento cree abarcarlo todo. Y se burla de ambos. Al cuerpo le encuentra siempre un defecto nuevo. Al alma le niega su parte vulnerable. En verdad les teme, sólo que lo esconde tras pátinas brillosas de razonamientos vacíos. Pero lógicos, como suelen ser los buenos pensamientos.

Triskel curiosamente ha visto llorar a la mente en el vacío de sí misma. Entonces busca al arte como aliado y las confunde en una triple espiral que acaba uniéndolas en forma azarosa.

Sucede entonces que la mente besa al alma y acaricia el cuerpo, dejando que éste lo acune contra su piel, tan suave y perfumada. Alguno de los tres entona quedo un viejo lullaby que silencia al mundo en un respetuoso instante. Ha de ser el alma, que es añeja y viajada. Porque detenido en el tiempo el mundo retorna adormecido a su propia creación, el instante mismo en el que fuera manifestado.

El cosmos ignora lo que Triskel atesora. Pero algo extraño comienza a suceder cuando esta interacción divina toma forma porque tus agresiones se detienen, amor, la paz se acerca a sentarse entre nosotros. Y lo que es más mágico aún, regresas por aquello que te pertenece. En esencia. Que aquí te espera..