Los negadores son terribles...
Pero los hay más "peligrosos".
Son mentirosos sistemáticos que generan concenso en sus mentiras, llegando al límite de cinismo, negando lo evidente y creando confusión en sus "víctimas" y hasta creyéndose ellos mismos sus fantasiosas creaciones.
El mentiroso sistemático lleva un control riguroso sobre su mentira, concatena un relato con otro de modo que vayan todos cerrando, creando versiones según la realidad pudiera dejar en evidencia sus invenciones.
Porque el objetivo de la mentira no es ella misma, sino tener bajo control al otro que le pueda ser adverso a unos fines que no siempre quedan muy en claro.
La mentira sistemática se trata de una perturbación del carácter que puede no presentar ningún otro signo que este, apareciendo la persona como absolutamente normal y adaptada en el resto de aspectos de su vida.
La convicción sobre la mentira es uno de los signos más notables, teniendo esta la finalidad de una satisfacción propia (narcisista), más que el comportamiento que engendra esa convicción. Es por eso que enfrentar al mentiroso sistemático con su mentira, de poco y nada servirá.
Su estructura psíquica "no le permite" ver caer esa realidad que él inventa, por lo que negará toda evidencia.
La estafa -económica o moral- y el fraude, son los modos jurídicos de la mentira sistemática. La simulación y la disimulación los modos en los que se encuentran en la vida cotidiana.
El mentiroso sistemático (conocido como mitómano) "reinventa" una identidad -un origen propio según su deseo- a partir de este mecanismo. Sino fuera por esta fantasía que arma, su ser se derrumbaría en la realidad; lo que nos habla de serios desajustes en su psiquismo profundo.
Bueno es aclararlo a esta altura : no se trata de "un loco", la mentira del mitómano no es un delirio, es una fantasía que él construye y termina creyéndola... pero sabe que es mentira. Por eso -porque es una manipulación de la realidad en propio beneficio- la mitomanía es una psicopatía.
Para que esto tenga efectos en la realidad que él y los otros viven, es necesario que haya un otro que lo necesite al mitómano como ese "alguien" por él fantaseado. Un otro que "necesite" que él le dé un propio contenido, mostrando un sí mismo "potable" a su deseo.
La vida junto a un mentiroso sistemático puede transformarse en un infierno. Alquien para quien la palabra no modifica su realidad, es alguien altamente peligroso en la convivencia y el intercambio.
De él no puede esperarse un cambio en su conducta, esta tiene un carácter inconsciente, integrada a su personalidad toda, y significa el reaseguro para no caer en una debacle. Irlo "encerrando" con evidencias sólo lo llevará a una carrera enloquecida hasta lo delirante, con tal de no ver caer su construcción fantasiosa.
Será el otro el que tenga que reconocer las "evidencias" y actuar en consecuencia. O enfermar.
Lo mejor generalmente es HUIR A TIEMPO.
Son mentirosos sistemáticos que generan concenso en sus mentiras, llegando al límite de cinismo, negando lo evidente y creando confusión en sus "víctimas" y hasta creyéndose ellos mismos sus fantasiosas creaciones.
El mentiroso sistemático lleva un control riguroso sobre su mentira, concatena un relato con otro de modo que vayan todos cerrando, creando versiones según la realidad pudiera dejar en evidencia sus invenciones.
Porque el objetivo de la mentira no es ella misma, sino tener bajo control al otro que le pueda ser adverso a unos fines que no siempre quedan muy en claro.
La mentira sistemática se trata de una perturbación del carácter que puede no presentar ningún otro signo que este, apareciendo la persona como absolutamente normal y adaptada en el resto de aspectos de su vida.
La convicción sobre la mentira es uno de los signos más notables, teniendo esta la finalidad de una satisfacción propia (narcisista), más que el comportamiento que engendra esa convicción. Es por eso que enfrentar al mentiroso sistemático con su mentira, de poco y nada servirá.
Su estructura psíquica "no le permite" ver caer esa realidad que él inventa, por lo que negará toda evidencia.
La estafa -económica o moral- y el fraude, son los modos jurídicos de la mentira sistemática. La simulación y la disimulación los modos en los que se encuentran en la vida cotidiana.
El mentiroso sistemático (conocido como mitómano) "reinventa" una identidad -un origen propio según su deseo- a partir de este mecanismo. Sino fuera por esta fantasía que arma, su ser se derrumbaría en la realidad; lo que nos habla de serios desajustes en su psiquismo profundo.
Bueno es aclararlo a esta altura : no se trata de "un loco", la mentira del mitómano no es un delirio, es una fantasía que él construye y termina creyéndola... pero sabe que es mentira. Por eso -porque es una manipulación de la realidad en propio beneficio- la mitomanía es una psicopatía.
Para que esto tenga efectos en la realidad que él y los otros viven, es necesario que haya un otro que lo necesite al mitómano como ese "alguien" por él fantaseado. Un otro que "necesite" que él le dé un propio contenido, mostrando un sí mismo "potable" a su deseo.
La vida junto a un mentiroso sistemático puede transformarse en un infierno. Alquien para quien la palabra no modifica su realidad, es alguien altamente peligroso en la convivencia y el intercambio.
De él no puede esperarse un cambio en su conducta, esta tiene un carácter inconsciente, integrada a su personalidad toda, y significa el reaseguro para no caer en una debacle. Irlo "encerrando" con evidencias sólo lo llevará a una carrera enloquecida hasta lo delirante, con tal de no ver caer su construcción fantasiosa.
Será el otro el que tenga que reconocer las "evidencias" y actuar en consecuencia. O enfermar.
Lo mejor generalmente es HUIR A TIEMPO.
1 Comments:
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