Conjeturas
Presumo que era previsible, pero no lo esperaba ciertamente.
La sorpresa me impedía hablar, esto fue así, tan simple...
Acababa de salvar y publicar el mensaje anterior...
Casi te diría que por unos instantes la inmediatez me asustó.
Me extrañó la telepatía, no la tuve jamás con vos.
De todas maneras fue sincrónico.
Luego atar los cabos para entender lo no dicho.
Sólo que esto ocurrió luego de haber acallado nuestras voces.
Cuando colgamos el teléfono.
Lo aprecio. Quiero que lo sepas.
Asumo que me quedo mas tranquila cuando se que estás allí cerca, cuidándome desde lejos, imperceptible.
Nada remplaza la sensación que provoca tu elaborada manera de hacerme saber que me apoyas, aún cuando no me ames, ni me necesites, ni me esperes.
Que me piensas - y me sabes- frágil, por eso levantas el teléfono sólo para hacerme saber que aquel rey de lejanos tiempos permanecerá por siempre junto a mi, aún en la distancia del no espacio, ayudándome a lidiar batallas no buscadas, en lugares ignotos, con desconocidos ya vistos o imaginados fantasmas. Nuestro lenguaje está intacto, lo simbólico es una fiesta cuando preserva el lazo invisible del tiempo circular.
El "no me retes" nos unió niños en lo que siempre conservamos a salvo, permitiendo este sabernos vulnerables frente al otro sin el temor a ser lastimados. Por más que a veces sin querer nos lastimemos.
Yo misma me sorprendí riendo sonoramente, no recuerdo a causa de qué comentario pavote que hiciste, algunos códigos permanecen inalterables aún cuando nosotros mismos no supimos cuidarlos.
Tu llamado me hizo mas fuerte.
Se que no lees nada de lo que escribo pero igual me acerco para darte este...
Gracias.
Tu palabra me sujeta.
Es sostén sin hacer nada, simplemente como gesto cariñoso.
Puede que no se parezca a la del rey que he perdido hace tiempo, aquel me amaba en lo profundo y no es tu caso. Pero tu protección se le parece, me conmueve y me regresa un poco de todo aquello que a veces se revuelve en mi alma porque la pérdida aguarda por mí, quedó pendiente y tengo que aprender a asumirla, para liberarme por fin de lo que siento trunco, no entiendo por qué me cuesta tanto... Entonces, gracias...
Finalmente fue el día...
By Abril Lech@
La sorpresa me impedía hablar, esto fue así, tan simple...
Acababa de salvar y publicar el mensaje anterior...
Casi te diría que por unos instantes la inmediatez me asustó.
Me extrañó la telepatía, no la tuve jamás con vos.
De todas maneras fue sincrónico.
Luego atar los cabos para entender lo no dicho.
Sólo que esto ocurrió luego de haber acallado nuestras voces.
Cuando colgamos el teléfono.
Lo aprecio. Quiero que lo sepas.
Asumo que me quedo mas tranquila cuando se que estás allí cerca, cuidándome desde lejos, imperceptible.
Nada remplaza la sensación que provoca tu elaborada manera de hacerme saber que me apoyas, aún cuando no me ames, ni me necesites, ni me esperes.
Que me piensas - y me sabes- frágil, por eso levantas el teléfono sólo para hacerme saber que aquel rey de lejanos tiempos permanecerá por siempre junto a mi, aún en la distancia del no espacio, ayudándome a lidiar batallas no buscadas, en lugares ignotos, con desconocidos ya vistos o imaginados fantasmas. Nuestro lenguaje está intacto, lo simbólico es una fiesta cuando preserva el lazo invisible del tiempo circular.
El "no me retes" nos unió niños en lo que siempre conservamos a salvo, permitiendo este sabernos vulnerables frente al otro sin el temor a ser lastimados. Por más que a veces sin querer nos lastimemos.
Yo misma me sorprendí riendo sonoramente, no recuerdo a causa de qué comentario pavote que hiciste, algunos códigos permanecen inalterables aún cuando nosotros mismos no supimos cuidarlos.
Tu llamado me hizo mas fuerte.
Se que no lees nada de lo que escribo pero igual me acerco para darte este...
Gracias.
Tu palabra me sujeta.
Es sostén sin hacer nada, simplemente como gesto cariñoso.
Puede que no se parezca a la del rey que he perdido hace tiempo, aquel me amaba en lo profundo y no es tu caso. Pero tu protección se le parece, me conmueve y me regresa un poco de todo aquello que a veces se revuelve en mi alma porque la pérdida aguarda por mí, quedó pendiente y tengo que aprender a asumirla, para liberarme por fin de lo que siento trunco, no entiendo por qué me cuesta tanto... Entonces, gracias...
Finalmente fue el día...
By Abril Lech@
1 Comments:
llevan maletas muy cargadas. Fuerza.
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